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FORO DE DEBATE CÁDIZ 2012

"Un proyecto de futuro para un Cádiz renovado, moderno y sostenible"

UNA APROXIMACIÓN URBANÍSTICA A CÓMO TRATAR EL CENTRO HISTÓRICO DE CÁDIZ

DECLARACIÓN CÁDIZ 2012 para la Renovación de la Ciudad.

El concepto de ciudad juega un papel distinto en la moderna sociedad postindustrial que el que jugó en la sociedad rural. El modelo netamente industrial de los dos siglos pasados se tiene que entender como de transición. Porque los descubrimientos científico-técnicos que van a definir las coordenadas del futuro, están madurando desde hace no mucho más de treinta años: la informática, la telemática y la genética, como nuevos ejes de la actividad y el progreso. Y los no tan nuevos retos, tales como la gobernanza financiera, la crisis de las materias primas y la energía, o la bomba demográfica, como algunos de los grandes asuntos no resueltos y agudizados por la globalización.
Aunque el término ciudad es sumamente elástico y difícil de abarcar en una definición, se puede considerar que es la unidad de “espacio social” en que una población vive, consume, produce, e intercambia. En la pasada sociedad, en que el modo de producción dominante era el agrícola, las ciudades centrales eran focos en el espacio rural circundante. Aceptado este enunciado, quizás no perfecto, no vamos entrar en matizaciones que nos llevarían por un camino que no pretendemos.
El concepto histórico de ciudad, anterior a la revolución industrial y sobre todo a la postindustrial tecnológica, que se está produciendo, se ha quedado estrecho, para abarcar el espacio no rural de la actual sociedad en las regiones desarrolladas. Aparece, y se establece paulatinamente el concepto de “región metropolitana” que cumple las mismas funciones, en tanto es un ámbito unitario de residencia, producción y consumo, pero con una estructura y modelo de relaciones distintos. Dentro de estas, las ciudades no tienen por que perder su identidad y por el contrario pueden depurar su perfil característico. Para que este cambio cualitativo del territorio se produzcase necesita, en el punto de partida, ir organizando una moderna estructura de comunicaciones. Que facilite al máximo la conectividad, y haga viable la estrecha y rápida relación de todos con todos. Por supuesto no es este el único requisito, pero sin el mismo un territorio no es competitivo y se va produciendo su declive.
Mientras que hace cien años, en el mundo desarrollado de entonces, más del setenta por ciento de la población se podía calificar de rural, ahora pasa lo contrario y se puede calificar de urbana, viva donde viva, trabaje donde trabaje y consuma donde consuma, dentro del ámbito de su “ región metropolitana”. Y esto, que incide de modo sustancial en el resultado económico de esa unidad social, es posible en base a la moderna estructura de relaciones, entre las que, como hemos dicho, resulta necesaria, aunque no suficiente, una estructura moderna y dinámica de los transportes y comunicaciones. O se navega en esa dirección o se está fuera de juego.
El esquema que estamos intentando transmitir, que no pasa de ser una abstracción, no parte de cero, sino que evoluciona a partir de la situación precedente. Y los antiguos núcleos o sus centros, suelen evolucionar hacia lo que se puede definir como áreas de centralidad, que se especializan en menús de actividades propias de esta situación: residencia en edificios colectivos de densidad media y alta, comercio ocasional, además del básico, terciario, contenedores de instituciones culturales y dotaciones de ocio, públicas y privadas, y demás usos de este carácter.
Los valores históricos, estéticos y ambientales se pueden considerar factores de primer orden como condiciones para estas áreas, del mismo modo que los valores de inmersión en el medio natural lo son para las residenciales puras de tipo “ciudad jardín”, en las que se busca la tranquilidad y el sosiego, en vez del dinamismo propio de las primeras. Y rellenando la trama que articula la región hay un mosaico diverso de tipologías de tejidos, que responden a mezclas de usos más o menos complejas.
Cada una de las ciudades de la bahía, incluido Jerez, consideradas aisladamente, se sitúan en un nivel muy secundario en el rango nacional y europeo. La realidad geográfica ya permite entenderlas como un conjunto metropolitano. Pero esa potencialidad hay que reforzarla y sobre todo modernizarla, si no se quiere seguir perdiendo posiciones. El cambio cualitativo pasa por la modernización de las infraestructuras de comunicaciones. Y por la actualización de las fuentes de recursos ya existentes. Desde el puerto, con un enfoque que no se encierre a sí mismo, como el actual, hasta la búsqueda de alternativas para las diez mil hectáreas salineras hoy abandonadas a una falsa calificación de espacio natural. Y además otras muchas que existen en germen o hay que buscar.
Y entre los valores que tienen que entrar en ese activo a reciclar y potenciar son los centros históricos de las ciudades de la región y especialmente el Centro Histórico de Cádiz, por, al menos, tres tipos de razones: las de posición geográfica, las cuantitativas y las cualitativas.
En cuanto a la posición geográfica hay que decir que la ciudad intramuros de Cádiz tiene la particularidad de que habiendo sido el núcleo central del conjunto de la bahía, está en una posición excéntrica, que desde la óptica de evolución que venimos argumentando le supone un” hándicap” para su integración en el conjunto metropolitano. Los dos puentes, resuelven la conexión pero no la articulación del municipio gaditano y sobre todo de la ciudad histórica, dentro de la conurbación de la bahía. Y estos dos conceptos, conexión y articulación, aunque parezcan cercanos urbanísticamente no lo son en absoluto. El segundo puente, más centrado, cuenta, además de su diseño lleno de excesos caros y poco útiles, con un desembarco en Cádiz poco reflexionado, cuyos efectos están por ver y ofrecen dudas. Si la ciudad intramuros no adquiere mejores vínculos de conexión física con el resto del territorio, no podrá asumir funciones de calidad. Siempre a condición de que la nueva accesibilidad esté más reflexionada y resuelta para que su impacto sea positivo y controlado. Si la ciudad intramuros no se articula adecuadamente, aun en la hipótesis de que la región metropolitana avanzara, ésta quedaría progresivamente al margen, perdiéndose como uno de los activos más valiosos y la dinámica de desarrollo discurriría previsiblemente por la “banana” Jerez, El Puerto, Puerto Real, Chiclana.
De la lógica de lo anterior se deriva el enfoque que hace el Foro de Debates Cádiz 2012, del Cinturón Metropolitano y el Área de Centralidad, desarrollada en el suelo excedente de relocalizar el puerto logístico en la Cabezuela.El área de centralidad como elemento que absorba el impacto de la accesibilidad generada por el cinturón, y complemente la oferta del Centro Histórico con elementos de centralidad poco adecuados para situarlos en éste. Ello sin olvidar que debe permanecer en esa posición el puerto turístico y los amarres deportivos, potenciados por la nueva accesibilidad, (viaria y ferroviaria: AVE), como atractivos; es decir, como elementos que atraen.
Una valoración adecuada de los aspectos cuantitativos tienen mucha importancia, porque la ciudad intramuros no se puede considerar solamente un Centro Histórico, dado su tamaño y posición, en relación con el conjunto territorial. Quiere ello decir que muchas de sus áreas deben seguir teniendo un fuerte componente de residencial estable, que tiene que ser también objeto de políticas adecuadas, que incrementen su calidad y atractivo. Pero conservando sus caracteres y valores, sin aventuras arquitectónicas experimentales. Estas áreas residenciales, bien enfocadas y gestionadas, deben suponer una oferta de calidad, en el mosaico de la diversidad de tipologías de tejidos que conforman una región metropolitana moderna.
Una de las cosas en que debe cambiar la mentalidad ciudadana del Cádiz de intramuros es en que su tamaño le aporta las condiciones para ser un ámbito para la vida dinámica pero calmada, que hoy se disfruta en muchas ciudades históricas. Hay que fomentar el tránsito peatonal. Y restringir los vehículos privados a lo imprescindible, que tenga un destino de estacionamiento garantizado. La mayoría debe quedar en aparcamientos disuasorios externos. No es una elucubración, sino una realidad en otros sitios. En cuanto al transporte público la estrategia en otros recintos de estas características consiste en unidades medianas, nada o poco contaminantes. Los tranvías de nuevo trazado, y costosas infraestructuras, válidos para otras demandas, se han puesto, inexplicablemente, de moda para los centros, en determinadas zonas de España, como si fueran el paradigma de la modernidad. Precisamente ahora, en el momento en que los vehículos eléctricos autónomos, e híbridos, están culminando su desarrollo técnico. En nuestro caso una línea de transporte básica apoyada en la circunvalación, cubre el servicio con desplazamientos peatonales asumibles. Se puede complementar con líneas de menor frecuencia. Pero hay que saber que en los centros de las ciudades modernas hay que andar y es muy sano.
Los aspectos cualitativos quizás sean los más delicados, porque el Cádiz postcolonial se ha caracterizado por el poco entendimiento y cuidado de su patrimonio histórico. Actitud que perdura. Se puede entender como error explicable la demolición, a principios del s. XX, del lienzo de muralla en la zona portuaria. Pero no la de la Puerta del Mar que debía haberse respetado, como en tantas ciudades que demolieron sus murallas respetando las puertas, que hoy constituyen símbolos. Cuesta trabajo entender que en fechas posteriores se arrasase el “frente de tierra” y resulta onírico que se modificasen las Puertas de Tierra, hace alrededor de cincuenta años, convirtiendo un edificio histórico, ejemplo casi único de arquitectura militar, en un decorado de opereta. Pero la tónica no ha parado y se siguen utilizando los elementos históricos como cobayas de experimentos arquitectónicos.
Se puede llegar a pensar que la mejor defensa del patrimonio arquitectónico la ha aportado la crisis en que ha estado sumida la ciudad, desde que perdió su estatus en relación con las colonias. Se ha eliminado o adulterado tanto que resultaría prolijo relacionarlo.
Así y todo la Ciudad Histórica conserva un carácter y unos valores que la sitúan en una posición destacada. Esperemos que no se siga jugando con ella.



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